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La Pintura Sumiye (o "sumi-e")

La Pintura Sumiye (o "sumi-e")

La Pintura Sumiye (o "sumi-e")

El zen llego al Japón en el siglo XII y durante los ochocientos años de su historia influyo de diversos modos en las vidas japonesa, no solo en la vida espiritual del Samurai sino también en las expresiones artísticas de las clases ilustradas y cultas. El Sumiye, que es una de tales expresiones, no es pintura en el sentido propio del vocablo; es una especie de boceto en negro y blanco. La tinta se prepara con hollín y cola, y el pincel es de pelo de oveja o tejon; el pincel se confecciona así para que absorba o contenga mucho fluido. el papel que se emplea es mas bien delgado y absorbiera mucha tinta, contrastando grandemente con el lienzo utilizado por quienes pintan al oleo, y este contraste significa mucho para el artista Sumiye.

La razon de por que se escogio ese fragil material como vehiculo para transferir una inspiracion artisitca es que la inspiración ha de trasferirse en el del modo mas rapido posible. Si el pincel se demora demasiado tiempo, el papel se rasga. las lineas han de dibujarse lo mas rapidamente posible y en la menor cantidad, indicandose solo las absolutamente necesarias. No se permite la deliberacion, ni el borrado, no la repeticion. Una vez ejecutadas, las pinceladas son indelebles, irrevocables, no estan sujetas a futuras correcciones ni mejoras. Cualquier cosa que se efectue despues queda al final clara y dolorosamente visible, por ser el papel de la naturaleza indicada. El artista debe seguir su inspiracion tan espontanea, absoluta e instantaneamente como se mueve; se limita a dejar que su brazo, sus dedos, su pincel sean guiados por aquella como si todos fueses meros intrumentos, junto con todo su ser, en manos de alguien que temporariamente se apodero de el. O podemos decir que el pincel se ejecuta por si la obra completamente fuera del artista, que se limita a moverse sin esfuerzos concientes propios. Si media cualquier logica o reflexion entre el pincel y el papel, se arruina todo el efecto. Este es el modo con que se produce el Sumiye.

Resulta facil concebir que las lineas del Sumiye deben mostrar una variedad infinita. En el no hay clarooscura ni perspectiva. En verdad, no se necesitan en el Sumiye, que no hace concesiones al realismo. Intenta hacer que el espiritu de un objeto se mueva sobre el papel. Asi, cada pincelada debe latir con la pulsacion de un ser vivo. Tambien debe estar viva. Evidentemente, el Sumiye es gobernado por un conjunto de principios muy diferentes de los de una pintura al oleo. Al ser el lienzo de material tan resistente y al permitir los colores al oleo repetidas pasadas y capas, un cuadro se confecciona sistematicamente, siguiendo un plan ideado deliberadamente. Grandeza conceptual y fuerza ejecutiva, para no hablar de su realismo, son los caracteristicas de la pintura al oleo, que puede ser comparada con un ponderado sistema filosofico, el cual tiene ajustadamente tejida cada hebra de la logica; o puede parecerse a una gran catedral, cuyos muros, columnas y cimientos estan compuestos por solidos bloques de piedra. Comparado con esto, un boceto Sumiye es la pobreza misma, pobre en la forma, pobre el contenido, pobre en la ejecucion, pobre en el material, mas los orientales sentimos en el la presencia de cierto espiritu movil que misteriosamente se cierne en torno de las lineas, puntos y sombras de variadas formas; en ellos vibra el ritmo de su aliento vital. He aqui el simple tallo de un lirio florecido, ejecutado aparentemente con descuido sobre un pedazo de burdo papal, pero alli se revela vividamente el espiritu tienro e inocente de una doncella refugiada de la tormenta de una vida mundana. Ademas, gasta donde un critico superficial puede ver, no hay mucha habilidad ni inspiracion artisticas: un bote de pescadores, pequeño e insignificante, en el centro de una vasta extension de aguas; pero al mirar no puede dejar de impresionarnos profundamente las inmensidad del oceano que no sabe de fronteras, y la presencia de una espiritu misterioso que alienta una vida de eternidad imperturbada en medio de las rizadas olas. Y todos estos prodigios se realizan con facilidad, sin esfuerzo.


Si el Sumiye, intenta copiar una realidad objetiva es un fracaso completo; jamas hace esto; se trata mas bien de una creacion. Un punto ren un boceto Sumiye no representa un halcon, ni un linea curva simboliza al Monte Fuji. El punto es el pajaro y la linea es la montaña. Si el parecido es todo en un cuadro, los dos lienzos dimensionales no pueden representar nada objetivo; los colores distan muchisimo de reflejar el original, y por mas fielmente que el pintor procure con sus pinceles recordarnos un objeto de la naturaleza tal como es, el resultado jamas podra hacerle justicia; pues en la medida que se trata de una imitacion, o representacion, es una pobre imitacion, es un remedo. El artista Sumiye razona asi: ¿por que no abandonar por completo ese intento? En vez de eso, creemos objetos vivos, salidos de nuestra imaginacion. Mientras pertenezcamos al mismo universo, nuestras creaciones pueden mostrar alguna correpondencia con lo que llamamos objetos de la naturaleza. Por este no es un elemento esencial de nuestra obra. la obra tiene su propio merito aparte de su semejanza. ¿En cada pincelada no hay algo distintamente individual? Alli se mueve el espiritu de cada artista. Sus pasajores son creacion suya. Esta es la actitud del pintor Sumiye con respecto a su arte, y deseo aclarar que esta actitud es la del Zen para con la vida, y que lo que el Zen intenta con su vida, el artista lo intenta con su papel, pincel y tinta. El espiritu creador se desplaza por doquier, y hay una obra de creacion ya sea en la vida o en el arte.


La linea dibujada por el artista Sumiye es final, nada puede trascenderla, nada puede recobrarla; es inevitable como el resplandor de un relampago; ni el artista puede deshacerla; de alli surge la belleza de la linea. las cosas son bellas donde son inevitables, es decir, cuando son libres demostraciones del espiritu. Aqui no hay violencia, ni asesinato, ni copia, sino mostracion libre, irreprimida, pero auto-gobernante, del movimiento-que constituye el principio de la belleza. Los musculos son conscientes de dibujar una linea, de hacer un punto, pero detras de aquellos hay una inconsciencia. Mediante esta inconsciencia la naturaleza documenta su destino; mediante esta inconsciencia el artista crea su obra de arte. Sonrie una criatura y toda una multitud se alboroza, porque eso es genuinamente inevitable, proviene del Inconciente. El "Wu-shin" y el "Wu-nien" que tanto utiliza el maestro Zen, como ya vimos en otra parte, es asimismo, eminentemente, el espiritu del artista Sumiye.

Otro rasgo que distingue al Sumiye es su intento de capta el espiritu cuando se mueve. Todo deviene, nada es estacionario en la naturaleza; cuando se tiene la seguridad de aferrarlo, se escapa de las manos. Porque en el momento en que se lo aferra, no esta mas vivo; esta muerto. Mas el Sumiye procura atrapar las cosas vivas, lo cual parece algo imposible de lograr. Si, en verdad seria un imposible si el esfuerzo del artista consistiese en representar cosas vivas en el papel, pero puede triunfar hasta cierto punto cuando cada pincelada que ejecuta se conecta directamente con su espiritu interior, inatascadado por asuntos extraños tales como conceptos, etc. En este caso, su pincel es su propio brazo extendido; mas que eso, es su espiritu, y este espiritu se siente en cada movimiento al ser trazado sobre el papel. Una vez cumplido esto, la pintura Sumiye es una realidad, completa en si misma, y no copia de nada. Aqui las montañas son reales en el mismo sentido en que el Monte Fuji es real; asi son las nubes, el arroyo, los arboles, las olas, las figuras. Pues el espiritu del artista se esta articulando a traves de todas estas masas, lineas, puntos y "pintarrajos".

De manera que es natural que el Sumiye evite toda clase de colores, pues este nos recuerda un objeto de la naturaleza, y el Sumiye no pretende ser una reproduccion, perfecta ni imperfecta. A este respecto el Sumiye semeja la caligrafia. En caligrafia, cada rasdfo, compiesto por trazos horizontales, verticales, inclinados, fluidos, ascendentes y descendentes, no indica necesariamente una idea defendida, aunque no lo ignora por completo, pues primariamente se supone que un rasgo completo, pues primeriamentre se supone que un rasgo significa algo. mas como arte peculiar del Lejano Oriente donde para escribir se usa un pincel largo, puntiagudo y suave, casda trazo efectuado con el tiene un significado, aparte de su funcion como un elemento compuesto de un rasgo que simboliza una idea. El pincel es un instrumento ductil y obedece prestamente todo movimiento volitivo del escritor o del artista. He aqui por que el Sumiye y la caligrafia son considerados en el Oriente como perteneciente a la misma clase de arte.


La evolucion del pincel de pelo suave es un estudio en si mismo. Sin duda tuvo muchismo que ver con los accidentes de los ideogramas y escrituras chinos. Fue un suceso afortunado que se pusiese en manos del artista un instrumento suave, ductil y flexible como ese. Las lineas y trazos producidos por el tienen algo de la frescura, ternura y hracia que son perceptibles en los objetos animadops de la naturaleza, especialemnte en el cuerpo humanio. Si el instrumento usado fuese un pedazo de acero, rigido e indocil, el resultado seria muy opuesto, y no habria llegado hasta nosotros el Sumiye de Liang-kai, Mu-chi'i y otros maestros.
El hecho de que el papel sea de naturaleza tan fragil que no permita que el pincel se demore mucho en el es, asimismo, de gran ventaja para que el artista se exprese con el. Si el papel fuese demasiado fuerte y duro, seria posible el dibujo y la correccion deliberados, lo cual es, sin embargo, demasiado injurioso para el espiritu del Sumiye. El pincel debe correr rapidamente sobre el papel, audaz , plena e irrevocablemente, tal como la obra de la creacion cuando nacio el universo,. tan pronto sale una palabra de la boca del creador, debe ser ejecutado. La demora puede significar alteracion, la cual es frustracion; o la voluntad fue controlada en su movimiento de avance; se detiene, vacila, reflexiona, razona, y finalmente cambia su rumbo; este titubeo y vacilacion interfieren la libertad de la mente artisitca. Si bien la artificialidad no significa regularidad ni trato simetrico del tema, y la libertad significa irregularidad, hay siempre un elemento de lo inesperado y abrupto en el Sumiye. Donde se espera ver una linea o una masa esto falta, y esta vacancia, en vez de contrariar sugiere algo mas alla y es completamente satisfactoria. Un pequeño trozo de papel, generalmente oblongo, de menos de dos pies y medio por seis pies, incluira ahora todo el universo. El rasgo horizontal sugiere la inmensidad del espacio y un circulo la eternidad del tiempo -no solo con la mera ilimitacion de estos sino tambien llenos de vida y movimiento. Es extraño que la ausencia de un solo punto donde convencionalmente se lo esperaba realice este misterio, pero el artista Sumiye es un consumado maestro en esta empresa. Lo hace con tanto arte que en su obra no e discierne para nada no artificialidad ni finalidad explicita. Esta vida de ausencia-de-finalidad (proposito) deriva directamente del Zen.

Daisetz T. Suzuki, "Ensayos sobre budismo zen", tercer volúmen, Buenos Aires, Kier, pp. 355-361.

3 comentarios

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